Introducción
El SIDA o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es una enfermedad causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este virus destruye o daña las células del sistema inmune de la persona interfiriendo en la capacidad del cuerpo de luchar efectivamente contra virus, bacterias y hongos. La infección por VIH hace que la persona sea más susceptible a infecciones que normalmente el cuerpo humano puede resistir y a desarrollar ciertos tipos de cáncer.
A nivel ocular se pueden encontrar manifestaciones debidas a la acción directa del HIV, al igual que compromiso por infecciones oportunistas y neoplasias. Las complicaciones oculares son muy frecuentes en los pacientes VIH+, se presentan en más del 70%–80% de pacientes infectados que no han recibido tratamiento, la mayor parte de ellas se manifiesta con una inflamación intraocular.
Causas
Las distintas patologías oculares asociadas al SIDA se clasifican en cinco grandes grupos:
1-. Infecciones oportunistas
2-. Anormalidades vasculares
3-. Neoplasias oculares
4-. Otras alteraciones de patogénesis incierta
5-. Alteraciones neuro-oftalmológicas asociadas a enfermedades de la órbita o intracraneal
Síntomas
Aunque algunas manifestaciones oftalmológicas pueden ser muy evidentes o muy sintomáticas, existen algunas otras que pueden pasar desapercibidas hasta muy avanzada la enfermedad (por ejemplo la retinitis por CMV) u otras que pueden dar indicios indirectos de una buena respuesta al tratamiento ARV (p ej. La retinopatía por VIH o el síndrome de recuperación inmune), finalmente también a través de una evaluación oftalmológica es posible sospechar alteraciones en otros órganos como el cerebro en algunos casos de toxoplasmosis o de alteraciones de los campos visuales o de los nervios craneales con visión doble en pacientes con meningitis aséptica.
¿Cuándo se debe realizar una evaluación oftalmológica?
Hasta hace algunos años, la cuenta de células CD4+ eran el mayor indicador de riesgo de manifestaciones oftalmológicas, se considera que el riesgo aumenta de manera exponencial cuando la cuenta es igual o menor a 100 células/µl, en estos pacientes es importante realizar controles mensuales.
Además de la cuenta de células CD4+, la presencia de infecciones oportunistas en otras partes del cuerpo como Pneumocystis jirovecii, criptococcidiosis, microsporidiosis, o infecciones más prevalentes en pacientes VIH+ como tuberculosis, sífilis, toxoplasmosis cerebral, son indicadores de riesgo de alteraciones oftalmológicas, por lo que deben realizarse evaluaciones oftalmológicas al momento de diagnosticarse alguna de ellas.
Finalmente, debido a la inmunosupresión, las alteraciones vasculares propias de la infección por el VIH y los medicamentos ARV, hacen a estos pacientes diferentes a cualquier otra persona y por lo tanto no comparable con ella, por lo que se deben realizar evaluaciones oftalmológicas ante cualquier síntoma o signo de alteración ocular.
Aún en pacientes sin ninguna molestia (asintomáticos), deben de realizarse revisiones oftalmológicas periódicas, aunque no existe un consenso sobre cada cuando deben de realizarse, esta tabla nos puede orientan sobre la frecuencia de las evaluaciones: